El enfoque de interculturalidad es considerado un elemento importante
para comprender la problemática de la incorporación de estudiantes
de pueblos originarios a los sistemas educativos. Estos últimos han
desarrollado, a lo largo de su trayectoria escolar, estrategias de adaptación
académica en un proceso de escolarización occidentalizado. Esto
significa adaptarse al modelo educativo dominante en el cual prevalece
el español como lengua originaria y se propone una cosmovisión que
no es propia de los pueblos originarios. Este enfoque ha implicado,
entre otras cosas, prácticas como el blanqueamiento (parecerse en la
forma y estilo de vida de la mayoría, los denominados blancos) y el silenciamiento
de la lengua materna con un carácter asimilacionista que
les ayude a transitar en un mundo mayoritariamente mestizo.
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